Dark Matter
IQ
Giant
Electric Pea – 2004
Conmovedor.
Es el adjetivo que mejor describe al nuevo trabajo de una de las bandas íconos
del neo progresivo inglés llamada IQ.
De
“Dark Matter” estamos hablando, una obra oscura, sentida, bella, llena de
lirismo, que a partir del sello inconfundible de IQ, léase una notable base rítmica
de Jowitt y Cook, una melódica guitarra de Holmes, la inconfundible voz (además
de las siempre intricadas letras)
de Nicholls, todo el talento en “la mar” de teclados de Orford
(cerebro del grupo); incorpora llamativas y logradas novedades, como por
ejemplo: los climas armados con “colchones” de teclados y atmósferas
sutiles del comienzo de “Red Dust Shadow”, el sonido poco usual en la banda
de órgano Hammond, Mellotrones y Moogs en la suite “Harvest of Souls”, el
bajo fretless que dibuja una hermosa melodía
junto a la guitarra en el final de “Red Dust Shadow”, la increíble
introducción con guitarras acústicas alla Supper’s Ready de “Harvest of
Souls”, por citar lo “nuevo”
y logrado que presenta este disco.
Abre
el trabajo la suite “Sacred Soul” con gran potencia, casi una panoplia
sonora de lo que vendrá durante todo el disco, sigue “Red Dust Shadow”,
quizás uno de los picos creativos del disco, tema de bellísima línea melódica,
con un sonido no habitual en cuanto climas y sonido, casi alla Steve Wilson.
Luego
vienen dos temas casi pegados también cercanos en la línea climática y melódica
“You Never Will” y “Born Brillant” sumamente cálidos y con variantes
sonoras, y cierra el trabajo la épica suite, casi una mini obra de concepto de
veinticuatro minutos de duración titulada “Harvest of Souls” la cual además
de dejar boquiabierto a sus oyentes a partir de sus increíbles idas y vueltas
en un viaje plagado de climas y cambios y con una letra contestataria sobre lo
que hoy pasa en el mundo y los sueños humanos,
que cierra con broche dorado el trabajo.
Cincuenta imprescindibles minutos, en una actualidad progresiva plagada de bandas y músicos que no paran de “rellenar” los ochenta minutos que dura un disco compacto (a veces doble!!), en este caso llenos de belleza melódica, rock sinfónico puro (Mellotrones, órganos de iglesia, Hammond, cortes, cambios de ritmos, suits, etc), sin rellenos ni desperdicios, en un disco que sin dudas está entre los mejores que ha hecho IQ, y entre los mejores editados en el año 2004.
Imprescindible.
Gustavo Bolasini