La Cueva
A principio de los sesenta había un cabaret llamado Jamaica, que luego cambió su nombre a El Caimán, en 1964 es reformado y se convierte en el boliche pub “La Cueva de Pasarotus” propiedad de Roberto Rosado y ubicado en la calle Pueyredón 1723 casi esquina Juncal de la capital, que se conoció en un filme de 1962 llamado “Manasse” donde se veía a los habitués músicos de jazz tocando, como Jorge Navarro, Nelson Dellamagiore, Alberto Perez Estevez, y Norberto Minichilo.
Con lo cual La Cueva decide contratar músicos estables para amenizar las veladas, allí ingresan Adalberto Cevasco, Ricardo Lew, Francisco Bermudez y a veces Bernardo Baraj. Pero como todos ellos acompañaban cantantes los fines de semana, un habitué Llamado Billy Bond le propone al encargado del local de apellido Bravo convocar músicos de la movida “Beat”, Billy y Carlos Carnaza (Carlos Villalba, futuro integrante de Alma y Vida que integraba Las Sombras junto a Ruben Ayuzo, Dormiletti y Frías) se hacen cargo de la programación (Sandro se hace habitual participante de la movida) quienes cambian la cara al lugar empapelando todo con papel de diario y leyendas tipo graffiti. Empezaron a convivir los músicos de jazz en la semana con los de rock los fines de semana, empezando a gestarse un movimiento de músicos auténticos que buscaban su forma de expresión, de manera original y creativa, y no solo hacer versiones y covers
Cierta noche cae a la Cueva Sandro en búsqueda de los integrantes de Las Sombras ya que les había conseguido contrato con la Escala Musical, le gusta el lugar y se hace habitué del mismo, trabando una gran amistad con todos los músicos y parroquianos, tiempo después por una movida de prensa rebautiza brevemente el lugar La Cueva de Sandro
Sin embargo la movida seguiría comandada por Bond. El sitio albergaba a 50 personas repleto, un pasillo alargado. De a poco La Cueva fue transformándose en el ámbito natural del rock.
En junio de 1966 se produce un golpe de estado que derroca al presidente constitucional y la dictadura militar se pone mas dura, y la policía comienza a pedir documentos en la entrada de La Cueva, y cierta noche la policía descubre que Alejandro Medina era menor de edad y le impide definitivamente la entrada a La Cueva de Pasarotus, adonde había sido contratado como reemplazante del bajista de Sandro que se ausentaba los fines de semana, para tocar como músico estable. Al quedarse sin trabajo por medio de su novia que lo lleva al café Moderno, le presenta a Carlos Cutaia que musicalizaba teatro en el instituto Di Tella, que iba a convertirse en el epicentro de la vanguardia del arte de esa Buenos Aires efervescente, y Cutaia lo convoca para trabajar junto a Raul Fernandez y el baterista de la banda The Seasons musicalizando teatro en vivo la música que el propio Cutaia componía.
En junio de 1966 también comienza el apogeo de la Cueva de Pueyrredón, el cual iba a durar hasta junio de 1967, ya que desde allí empezó a funcionar diariamente como bar nocturno desde las 10 de la noche hasta la madrugada siguiente, se consolidó como punto de encuentro de los nuevos músicos de rock que desplazaron a los de jazz, pero además punto de encuentro de poetas, escritores y artistas.
En este lapso se produce la transición de Las Sombras como grupo estable, y empiezan a concurrir Litto Nebbia, Oscar Moro y Kay Galiffi quienes necesitados de trabajo reemplazan a las Sombras y con Los Gatos en gestación se transforman en la banda estable del lugar
Lo usual era que se armaban zapadas hasta las 5 de la mañana cuando La Cueva cerraba, y los parroquianos se iban caminando hasta otro mítico lugar que permanecía abierto las 24 horas, el bar "La Perla del Once", en Pueyredón y Rivadavia, a pocas cuadras de La Cueva, e iban allí a desayunar y componer canciones, compartiendo el lugar con sus habituales parroquianos, que en su mayoría eran estudiantes.
Era usual también luego seguir caminando e ir a las plazas a debatir y a tocar música, a esto se le llamó “Naufragar”
El recorrido comenzaba en el bar Moderno, que cerraba a las once, seguía por Corrientes hasta llegar a La Cueva a la una de la mañana, a las cinco de la mañana volvían a La Perla. Horas y horas sin dormir, para ver que pasaba, a veces dormían unas horas en hoteles alojamientos o en casas de amigos como Pipo, o de Tanguito en Caseros, o la famosa “Casa con 10 pinos” de Montegrande, tomando anfetaminas para poder subsistir, en la casa de Pipo, Javier Martinez escribió “Informe de Un Día” según cuenta luego de 2 días sin dormir, naufragando
En 1967, Litto Nebbia empieza a reemplazar a Villalba tocando el bajo los días jueves ya que éste quería un día libre para visitar a su novia. Al poco tiempo sus compañeros Hualde, Green y Lew optan por la misma opción de tener libre los jueves y los reemplazan Kay Galiffi, Ciro Fogliata y Oscar Moro, con esa paga podían tomar café con leche toda la semana. Pero Alfredo Toth no podía entrar por ser menor de edad.
Poco después el empresario Naom les ofrece a Lew, Villalba, Hualde y Green un contrato para acompañar al ex cantante de Los Ciclones, Jackie para lanzarse como solista, y en su lugar quedan contratados en La Cueva los futuros Gatos. Con esa paga lograban ya pagarse el hotel y una comida diaria, y además la experiencia les sirvió como laboratorio musical y sala de ensayo durante la tarde, cuando el local estaba cerrado.
En julio de 1967 periodistas del Canal 7 le solicitan al dueño de La Cueva una filmación del lugar y piden autorización a la policía. A los pocos días un par de bombas estallan en la puerta y el canal difunde las imágenes filmadas del mismo para desprestigiarlo, por lo cual el domingo 23 de julio de 1967 La Cueva de Pueyredón cierra definitivamente sus puertas, quedando como un hito en esta historia.