Yes – In The Present World Tour 2010
Buenos Aires - Estadio Luna Park
Viernes 19 De Noviembre Del 2010 – 21:00 Hs.
“Una Noche Con Yes: Clásicos
& Ovaciones”
Por Hugo Lagar
Integrantes: Steve Howe (Guitarras Eléctricas, Acústicas & Steel, Mandolina y Coros) - Chris Squire (Bajo y Voz) – Alan White (Batería y Percusión) – Oliver Wakeman (Teclados) – Benoit David (Voz Líder, Guitarra Acústica y Percusión Adicionales).
Repertorio: Siberian Khatru (10:30) – I´ve See All Good People (7:00) – Tempus Fugit (7:15) – Astral Traveller [including Alan´s drums solo] (7:05) – Perpetual Change (10:55) – And You and I (10:52) – Steve´s Acoustic Guitar Section [Mood for A Day – Intersection Blues] (5:40) – Owner Of A Lonely Heart (5:28) – Machine Messiah (11:23) – Heart of the Sunrise (11:44) – Roundabout (9:12). BISES: Starship Trooper (13:07).
Crónica y Comentario
En el itinerario final de su extensa gira “In The Present World Tour” (2008-2010), Yes arriba a Buenos Aires en el marco de su parte sudamericana, con una sencilla difusión pero un Luna Park lleno de diferentes tipos de espectadores (varias generaciones de fans, familias con sus hijos y –sorprendentemente para mí- mucha juventud, músicos en su mayoría, que vinieron a escuchar y ver precisamente lo que querían: virtuosismo y profesionalismo de los integrantes en la ejecución de sus instrumentos). Naturalmente, los viejos fans asistieron incondicionalmente pero con el interrogante obvio: ¿Cómo sonará Yes sin Jon Anderson ni Rick Wakeman (quienes, junto a Steve Howe, Chris Squire y Alan White, son considerados la “formación clásica” de Yes), embarcados ahora en un proyecto de dúo conjunto, con álbum y gira
(1.-) )?.
A la consigna de “Bs. As.: Are You Ready?” por Paul Silveira (Tour Manager) –en reemplazo de la tradicional intro de “Firebird Suite”[fragmentos] de Igor Stravinsky-, con la acostumbrada apertura de “Siberian Khatru” (una fija de varias giras), la nueva formación puso en marcha el show, cuyo repertorio reposó en esa “tremenda, con mucha fuerza e inoxidable trilogía” de álbumes –como así la calificó Steve
(2.-) - compuesta por “The Yes Album” (1971), “Fragile” y “Close To The Edge” (ambos, de 1972), más la antiquísima perla “Astral Traveller” (Time And A Word, 1970), el mega hit “Owner Of a Lonely Heart” (90.125, de 1983) y un merecido reconocimiento a “Drama” (1980) –un álbum tan controversial en su tiempo como actualmente apreciado-, con “Tempus Fugit” y “Machine Messiah”. También, otro detalle fue que, en ausencia de Jon, tuvimos la suerte de contar con tres maestros de ceremonia, quienes iban alternándose en la comunicación con el público y la presentación de canciones: Steve, Chris y el nuevo miembro Benoit David.
Sí llamo la atención que “I´ve Seen All Good People” (un hit, reservado para los cierres) le siguiera en el orden y entonces me relajé un poco y pensé: “Ah! Bueno, si arrancamos así, no quiero imaginar qué satisfacciones vendrán después”. Inclusive, observé algunas cosas que se reiterarían en otras partes del show: en primer lugar, el hecho –el cual sería una constante, en cada clásico ó éxito que luego interpretarían- que el público participara con palmas, canto y/ó baile durante la canción, para luego concluir con una ovación, que en algunos casos fue eufórica y de pie. Segundo, que Benoit acompañara, tocando guitarra acústica y/o percusión (según las canciones), al igual que su antecesor Jon Anderson.
Previo a la primer sorpresa de la noche, Chris presenta a las incorporaciones flamantes: Oliver Wakeman (quien tomó la posta de los teclados, en reemplazo de su padre Rick) y Benoit David (cantante de una banda tributo a Yes en Canadá –Close To The Edge- descubierto por Chris al establecer contacto con dicha banda), cálidamente recibidos por nuestro público. A continuación, nos anuncia que, durante el concierto, tocarán dos temas del álbum “Drama” (1980) y llega “Tempus Fugit”, saldando una vieja deuda pues (salvo la propia gira de presentación, en aquel año, y secciones del solo “Whitefish” de Chris & Alan
(3.-) ) nunca hasta esta gira el grupo interpretó temas de tal controvertido álbum. Y suena tan fresco como entonces -canto a dúo (Squire & David) y el vocoder a cargo de Oliver, incluidos. Pero, en la voz de Benoit, es como si el tema lo cantara, con unos personales toques de Oliver en los teclados y, al igual que en el álbum, el predominio del bajo. Yes es una aplanadora sónica, dado el carácter duro, metálico, pesado que tienen los temas emblemáticos de ese disco en particular.
“Astral Traveller (4.-)” nos sumerge en los orígenes mismos de la banda, aunque con aires algo cambiados: Steve y Oliver respetan la estructura original de la canción en sus instrumentos, respectivamente creadas por Peter Banks y Tony Kaye. Pero, por su propia personalidad, Steve hace de las suyas cada vez que la interpretación se lo permite. Alan, por su parte, no sólo le imprimió su propio sello rítmico, sino que además aprovechó para realizar un corto pero muy efectivo solo de batería, en una especie de sección media, llevándose los aplausos de todo el auditorio. Sin lugar a dudas, una joyita, la perla de la noche. Seguidamente, Benoit toma el micrófono y, en perfecto inglés, nos dice “¡Avancemos un año más, a “The Yes Album”!”, mientras que el resto de sus compañeros arremete con los acordes y cortes iniciales de “Perpetual Change” y el Luna Park explota. Una excusa para el virtuosismo de Steve Howe en su adorada Gibson ES 175, un estilo más proclive a jazz y una inspirada voz de Benoit .
“And You And I”, la siguiente canción, en lo personal constituyó el punto más alto de un show que aún tenía más para ofrecer. Quizás una de las mejores en toda la trayectoria grupal, esta canción (concebida en términos de cuatro movimientos) es un conjunto de varias piezas osadas, excelsas, que Yes supo dar. Nos transporta a lo más alto, a una dimensión diferente siempre (sea cual fuere la formación que la toque) pero en las manos de Steve Howe (uno de sus co-autores) es especial, única. El canto de Benoit es correcto y procura adaptarla a su rango de voz; algo difícil de sobrellevar cuando todo admirador bien sabe que es una de las canciones predilectas de Jon, personalizada y portadora de su ineludible sello. Oliver se ajusta puntillosamente a respetar sus partes de teclado al álbum. Y es la suma de todos la que logra una vez más emocionarnos y ovacionarlos de pie y puro aplauso durante varios minutos. Superlativa, el valor de la entrada ya está pago por más que el concierto prosiga. Créanlo porque así es.
La habitual sección solista de guitarra acústica de Steve llega como un bálsamo. Obra de exquisito y suave interludio musical en “Mood For A Day” (concitando silencio y atención) para entonces virar hacia un clima más festivo, con acompañamiento de palmas, en “Intersection
Blues (5.-)” . Interludio que dará lugar a una arrolladora especie de segunda parte del show, que no nos dará respiro alguno hasta el mismísimo final.
El riff inicial de “Owner Of A Lonely Heart” (90.125, de 1983) nos devuelve a la vibración y, en consecuencia, todos nos levantamos y empezamos a bailar. El estadio Luna Park se transforma en una gran discoteca de los ochentas cuando suena la única canción incluída de la “Era Trevor Rabin”. Aquí es elogiable la actitud de Steve –parco y poco afecto a tocarla-, quien esta vez sí le puso “onda” a su guitarra y descolló con su doble solo
(6.-) , acompañando con movimientos corporales. Al igual que su predecesor, Benoit aportó la percusión (cencerro) pero no así Oliver, quien privilegió brindar un sonido bastante personal y diferente al de Tony Kaye ó al de su padre mismo. Un buen sacudón, entre tantos clásicos de los setentas, que tuvo su continuidad en “Machine Messiah”, la otra canción emblemática de “Drama” que eligieron para la gira. Épico con características sonoras entonces más contemporáneas, dividido en tres secciones, que nada tiene que envidiarle a otras composiciones del grupo. Al comentario global realizado en oportunidad de describir “Tempus Fugit”, habría que agregarle -en esta particular versión- un tempo un poco más lento, un tratamiento distinto de sonidos y ejecución de Oliver en los teclados ó escuchar a Benoit tocar la guitarra acústica en las partes pertinentes de esta larga canción (ejecución que se reiteraría –por última vez- en la coda final de “Starship Trooper”: “Würm”).
Y no podían pasar por alto temas de un capítulo importantísimo en la historia de Yes, como lo fue su álbum “Fragile” (1972); solo que se reservaron para el final: “Heart of The Sunrise”, en su introducción, representó el momento reservado para “Squire bajista” de la noche. Luego llegó el turno de la performance grupal y pusieron todo de sí, para una versión tan demoledora como siempre la hacen -con sus cortes, riffs, cambios rítmicos y las atmósferas generadas por el arpegiado de la guitarra y los los teclados. Al igual que con algunos clásicos, una silenciosa atención del auditorio se vio quebrantada en su final, con una larga ovación. El previsible cierre oficial del show fue “Roundabout”, su hit de aquel entonces, infaltable, con público de pie, bailando y cantando a la par del grupo. Canción que, en sí, fue vivenciada por los asistentes como una auténtica fiesta, ciertamente. Y –en ambos casos- con una impecable, exacta y fiel interpretación de Oliver.
El clamor de la gente no se hizo esperar y el bis llego de la mano de “Starship Trooper” [“The Yes Album”, 1971]. Otra maravillosa obra de arte musical, que es frecuentemente empleada para cerrar los shows o bien –como en este caso- para los bises, coronando una noche impecable. Un perfecto ejemplo de la música que Yes sabe componer, brindando la posibilidad (en vivo) de lucimiento instrumental durante la última sección -“Würm”- de Chris (con todo su ceremonial, haciendo partícipe a un público en cada paso a paso, que lo ovacionó) Oliver y Steve (su autor); todos ellos, apoyados sobre la sólida batería de Alan, coronando una noche impecable. Nadie que haya asistido a este concierto pudo salir defraudado. Yes cumplió las expectativas cifradas en él. Su música sigue intacta y en perfectas condiciones.
Está claro que la ausencia de Jon Anderson no pasa inadvertida. Otra es la situación de Rick Wakeman: las formaciones que vinieron en las giras sudamericanas previas nunca lo contaron entre sus filas. Esta observación no pretende restar méritos a sus virtudes ni negar que lo hemos visto en igual cantidad de visitas, en su carrera solista y banda de apoyo. También, el concierto nos demostró que el protagonismo esencialmente recae en los más visibles desempeños de Chris (quien asume un rol vocalmente más co-protagónico, en ausencia de Jon, y haciendo maravillas con su clásico bajo Rickenbacker) y Steve (provisto siempre de su incesante colección de guitarras para cada canción, comenzando por su amada y anecdótica Gibson ES 175), sostenidos rítmicamente por Alan, a quien el tiempo no le ha hecho mella en su rol. Los dos primeros son principalmente quienes, ahora, manejan el contacto con el público y se destacan en la ejecución de sus instrumentos. Este trío (más la voz de Anderson), así, representan el ADN, la idiosincrasia de la música de Yes.
Por su lado, no comparto lo que se afirma sobre las nuevas incorporaciones en ciertas opiniones adversas que pueden leerse en los “reviews” de www.yesworld.com y otras páginas de internet relacionadas: a) Es verdad que, al escuchar los teclados, Oliver es fiel y muy respetuoso de las versiones originales de los clásicos (álbumes “Fragile” y “Close To The Edge”, especialmente). Pero también se permite hacer toques y arreglos muy personales en esas y otras canciones, como ya ha sido mencionado. Su tímido perfil escénico no se condice en absoluto con su performance instrumental, siempre a la altura de las circunstancias; y b) Benoit –como Trevor Horn en 1980- le ha tocado calzarse el difícil par de zapatos de cubrir la vacante dejada por Jon, “la voz” de Yes, que lo hace distintivo. Sólo que, a diferencia de Trevor, ha aprobado bastante bien este desafío y quizás le es más llevadero, por haber participado previamente en una banda tributo a Yes. Es palpable que el grupo, tal vez, haya tenido que adaptar un poco el repertorio a la voz de Benoit; como también el hecho de aportar algo de su carisma y personalidad al canto. Además cubre en -vivo- los demás roles: acompañar con guitarra acústica o la percusión, según los temas. Pero, lo cierto es que ambos cumplen fielmente con lo que el trío les ha solicitado y hasta se permiten aportar sutilmente sus estilos, en el marco de la estructura de ciertas canciones. Es observable que, con esta larga gira que está llegando a su fin, se van afianzando y congeniando con Chris, Steve & Alan. Y que, tal vez en el próximo álbum de estudio, tengan la oportunidad de imprimirle su personalidad y sumar a la música del grupo.
Porque, a diferencia de otras giras, ésta tuvo por finalidad presentar a la banda en su estado actual –de allí su nombre “In The Present Tour”-, asegurándolo con un repertorio esencialmente de clásicos de la era dorada que todos desean escuchar, para que los seguidores y fans de Yes se vayan familiarizando, asimilando así a sus noveles integrantes ; y no repetir fallidas experiencias de su pasado
(8.-). En mi opinión, el trío ha sido muy sabio en afrontar la presente etapa, adoptando esta decisión.
Esta breve parte de la gira -de diez conciertos-, , es una pausa en el proceso de grabación del nuevo álbum y llega a su conclusión definitiva
(9.-). Empezó en Venezuela (Caracas), continuando con el concierto que es objeto de este comentario y prosigue con fechas en nuestras ciudades de Rosario y Córdoba; así como en Santiago de Chile (Chile), Florianópolis & San Pablo (Brasil) y Asunción (Paraguay). Buenos Aires tiene una nueva oportunidad más, el Viernes 3/12 a las 21:30 en el Teatro Gran Rex, para culminar al día siguiente en Mendoza (Argentina).
Pero dicho concierto será objeto de un nuevo comentario. Así pues, hasta la vuelta, amigos!
Hugo Lagar
Burzaco, 21 de Noviembre del 2010
Notas:
1.- Luego de una maratónica etapa de tres años seguidos de gira (2002-2004), Yes entró en receso hasta su siguiente compromiso, la Gira del 40º Aniversario (“The Close To The Edge and Back Tour”, previsto su comienzo para Julio del 2008). Receso que Jon y Rick aprovecharon para realizar una serie de shows a dúo (en el R.U.), la que tuvo lugar en Octubre del 2006. Más tarde, tras el anunciado retiro de Rick -y su recomendación de ser reemplazado por su hijo Oliver para dicha gira grupal- junto a su eventual postergación por serios problemas respiratorios (asma) de Jon dieron lugar a un breve compás de espera, que culminó cuando los restantes miembros acordaron iniciar este “In The Present World Tour”, añadiendo a Benoit y que arrancó el 4 de Noviembre de ese año. A la fecha, Jon & Rick editaron en el 2010 un álbum para voz, guitarra y teclados -“The Living Tree”, con nueve composiciones- y realizaron una breve gira de presentación por el Reino Unido durante los meses de Octubre-Noviembre, en la que también interpretaron canciones clásicas de Yes y algunas otras más.
2.- En una entrevista telefónica dada al Diario CLARÍN, editada el 19/11/10, Sección Espectáculos, Pág. 6.
3.- Hubo un intento en el 2005 de salir de gira por parte de Alan, Chris, con sus respectivas bandas (la del primero incluía a Geoff Downes) y Steve, bajo el título “The More Drama Tour” -con la participación posible de Trevor Horn en algunas fechas-, pero no prosperó.
4.- Una canción de Jon, presentada por Steve Howe, quien -en más de una oportunidad- ha manifestado en reportajes su deseo de volverla a tocar en vivo, como en los viejos tiempos (allá por 1970/1971). Uno la puede escuchar perfectamente en el CD 1 de “The Word Is Live”, en una versión tomada el 24 de Enero de 1971, en Konserthuset (Gotemburgo, Suecia).
5.- Algunos de cuyos fragmentos puede escucharse en el DVD “Yes Acoustic” (2004). Más precisamente, en la introducción a “I´ve Seen All Good People”.
6.- El segundo solo es variable pero muy similar al que viene realizando desde el “Open Your Eyes Tour” (1997-1998) y que se puede escuchar en los DVDs “House of Yes - Live from House of Blues” (2000) ó en “Yes Symphonic Live” (2002).
7.- Ante una pregunta en el reportaje del Diario CLARÍN, antes citado, señaló Steve que “… La idea es mostrar la nueva formación y continuar con el legado de Yes. Como en casi todas las giras, incluimos básicamente temas de los ´70, porque fue donde fundamentalmente se originó el sonido que capturó la imaginación y la atención de la gente.”
8.- Tal el caso del álbum “Drama” y su gira de promoción-presentación, ocasión donde también contaron con nuevos miembros (Trevor Horn y Geoff Downes), en idénticos roles pero participantes en el álbum. Entonces, la prensa y la opinión pública consideraban a ésta una alineación de emergencia; al igual que los fans, quienes no digirieron el cambio muy bien que digamos en ese momento, por mejor cualidad técnica profesional que tuvieren dichos nuevos integrantes. Lo que Chris -en el DVD “9012Live” (2006)- supo definir como “una transición no suave”. Hoy en día, la percepción de esa etapa es diferente, otra, positiva, como ha quedado demostrado con la respuesta del público en el Estadio Luna Park.
9.- En la Sección “Tour” (“Tour Dates” - “Yes on Tour” - “South America 2010”) de www.yesworld.com, la página oficial del grupo, puede perfectamente leerse la leyenda “Final Routing” (Itinerario Final)