Rick Wakeman

 Teatro El Círculo (Rosario) 20 de noviembre 2011

Concierto de piano con orquesta sinfónica y coro

Rick Wakeman, piano

Orquesta sinfónica conducida por el Maestro Fernando Ciraolo

Coro Tributoy conducido por Augusto Gilli

Como el "British protocole" indica, el concierto comenzó a horario. Bueno, sólo 5 minutos pasadas las 21 horas, lo que implica en nuestro país un alto grado de puntualidad.

El teatro con un lleno total, con gente que pasaba varias décadas de vida (me incluyo) y de padres que llevaron a sus hijos para la herencia de su exquisito gusto musical.

El escenario del Círculo quedó chico para tantísimo músico. Más de 80 personas. El coro, la sinfónica y un mago gigante rubio con su piano de cola coparon las tablas. En las plateas, no se olfateaba el clima rockero, sino más bien se respiraba un ambiente clasista en espera de un concierto de música culta. Esperábamos ver y oír a un mito del teclado, disfrutar de su estilo único, de vibrar con la mejor música. Y eso fue lo que obtuvimos.

Durante las casi dos horas del concierto, el piano fue el conductor, llenando todo el teatro con su sonido. La orquesta y el coro acompañaron con aportes precisos, sutiles, como cuidando de no quitar el protagonismo a Wakeman. Según me comentaba un músico de la sinfónica, no tuvieron mucho tiempo de ensayo, y algunos se sintieron algo inseguros, sobre todo teniendo en cuenta lo complejo de los movimientos, con continuos cambios. Muchos de los músicos nunca antes habían escuchado la música del tecladista inglés. Aun así, la orquesta y el coro ejecutaron a la perfección. Rick Wakeman estuvo muy feliz por el trabajo, diciendo que había sido una de las mejores orquestas con las que había tocado.

El concierto arrancó a toda orquesta y coro con las suite del Rey Arturo, repasando todos los temas del disco (todos menos uno). Luego, continuó con la bellísima melodía de Gone But Not Forgotten. Llegó el turno del tributo a los Beatles, con Help -una lenta y casi irreconocible versión- para dar paso a Eleanor Rigby, el cual fue el punto más alto de la orquesta.

Acto seguido ejecutaron el que yo más aguardaba: Catherine Howard. Luego Rick presentó una de sus más bellas baladas, After the Ball, de la banda sonora de White Rock, de las Olimpiadas de Invierno de 197... y ¿6? Ya ni el mismo Rick se acordaba del año…

Último acto para la suite completa de Viaje al Centro de la Tierra, con final a todo coro.

Los aplausos que recibió luego de cada tema fueron en aumento, y Rick se mostró muy agradecido, hablando en un inglés muy entendible, aunque pidió disculpas por no saber hablar español. No importa, todos entendemos y sobre todo, comprendemos 100% la música que compone e interpreta.

Llegaron los bises. Y dejó el plato fuerte para Merlín, aquél tema que había dejado de lado en la suite del Rey Arturo en el comienzo. Y se fue. Y volvió con otro bis: The Jig. Y volvió a retirarse. Y regresó una vez más. Todo lo que habían ensayado, ya lo habían tocado. Pero se acomodó al piano por última vez para ejecutar la segunda parte de Viaje al Centro de la Tierra.

Gracias Mister Wakeman por tanta genialidad, por tener esas manazas, o manotas o manototoas (elijan ustedes el aumentativo) que vuelan sobre cualquier teclado. Cada vez más rápido.

Jorge Perez Perri

Rosario, 30 Noviembre 2011