David Lebón, presenta “ Deja Vu”

Sábado 15 de Agosto de 2009

Auditorio Fundación, Rosario

Pasó un tiempo, pasó una pandemia, pasó el silencio de los teatros, volvió David Lebón. El David de siempre, el prócer, el dinosaurio, el autor, el músico total, el un millón de veces visto y un billón de veces oído. Deja Vu, Lebón.

La verdad es que esperaba ver una larga fila de cientos de metros antes de entrar y a un Auditorio colmado hasta las manos. Pero no. A pesar de la fuerte apuesta de la publicidad callejera, en donde no había una sola calle de Rosario sin el afiche del show, poca gente concurrió. Desconozco los números de asistencia, pero el concierto se inició como si fuera exclusivo para gente VIP. Y sí… yo fui un VIP para ver y escuchar a uno de mis ídolos. David tocó para todos y tocó sólo para mí.

El show comenzó fuerte y terminó más fuerte aún. La voz de Lebón retumbaba hasta hacerme sordo, quizás por la cercanía en la que estaba de los parlantes. Puro rock and roll, incluyendo un set acústico que me hubiese gustado alargarlo un poco. Sólo por insaciable que soy, porque el show duró lo justo. Estuvo muy bien programado. No faltó ni sobró nada.

Estaba muy ansioso por escuchar los nuevos temas de su último disco. El “Deja Vu”. El tema que le da título al cd es todo un ejemplo de buena composición y arreglos, con la firma Lebón. David demuestra que es uno de los mejores compositores del rock en Argentina. Tocaron 5 temas del cd, y uno especialmente -que no había escuchado antes- me dejó suspendido en el aire, emocionado, con ese deleite y esa energía que nos llena cuando escuchamos buena música. El tema que me refiero es “El Tigre y El Dragón”. Estuvieron presentes los blues, las baladas magníficas y esos himnos como Mundo Agradable o Noche de Perros, cerrándolos con esos solos de guitarra que mi mente los hace vibrar hasta el infinito.

Cuando todos en el Auditorio comenzamos a cantar Seminare, fue la cúspide del show, su momento más alto, pero su final. Volvió la banda para el bis, y fue como si cada músico hubiera ingerido litros de bebida energética, porque tocaron a mil para terminar con Suéltate Rock and roll y No Confíes en Tu suerte. Oh, sí, David. Claro que confío en mi suerte. La suerte de poder estar en tus shows.

Gracias David. Gracias Panchi, Hernán, Pablo y Leandro por esos teclados magníficos. Espero volver a verlos pronto, y siempre habrá algo nuevo y viejo, algo de siempre en tus conciertos. Deja vu, David.

Jorge Perez Perri

Rosario, septiembre 2009