Steve Hackett

Darktown

Camino Records -1999 - 56:37

 

 

Existen dos líneas de pensamiento bien definidas dentro del actual movimiento progresivo, en una de ellas están los que sostienen que los nuevos grupos deben sonar como los clásicos del género; mientras que en otra están los que por el contrario opinan que las nuevas bandas deben poseer nuevos sonidos rompiendo con lo ya hecho.

Pues bien, una posición intermedia, y tal vez superadora, sea la combinación de ambas para colegir que a partir del sonido de los grupos de los setenta, definidores del progresivo-sinfónico, se debe "progresar" y experimentar, con todos los medios técnicos y creativos a disposición a fines de siglo.

Es totalmente válido decir que el nuevo disco del Sr. Steve Hackett es una cabal demostración de esta reflexión, "Darktown" es básicamente una tangente, de los catetos conformados por las dos primeras posiciones expresadas, pues contiene las raíces del "sonido Genesis" del cual Steve es uno de los fundamentales creadores, mezclado con todo lo nuevo en tecnología y sonidos de los noventa, conformando casi un resumen excelente  de la música progresiva de fin de siglo veinte

Y la obra comienza con batería y bajo programados, samplers y efectos que dan ingreso a una filosa guitarra (como se verá en varias partes del disco) que dibuja la melodía sobre esa moderna base, en "Omega Metallicus". Engancha con el oscuro "Darktown" un poderoso tema en la línea de "Valley of the Kings" o "The Steppes", con un saxo de Ian Mc Donald sencillamente brillante y conmovedor, nuevamente con bases programadas y el grave relato de Steve hablando del abuso de poder enmascarado de educación, recorriendo ese estado imaginario u onírico (?) que es Darktown como idea global.

La lluvia y una guitarra española nos introducen en el infinitamente bello "Man Overboard", un tema de sonido clásico, con coro de voces y orquestación de teclados que nos recuerdan "A Midsummer Night's Dream".

Aparece a continuación la flauta de John Hackett sobre un redoblante de tono militar, para ir ambientando y dar paso a una majestuosa línea de cuerdas en el épico "The Golden Age of Steam", una suite orquestada, de ingente belleza, que incluye coro de niños, contando una dura historia basada en el libro "El Diario de Ana Frank" vista desde los ojos de un supuesto niño espía de los Alemanes durante la segunda guerra mundial, logradísimo.

Es entonces el momento de la calma melódica, "Days of Long Ago", una hermosa pieza coescrita por Steve y el cantante escoces Jim Diamond, que además la canta y conmueve con su cálida voz sobre las guitarras y los celestiales violines y cellos que la realzan aún más.

"Dreaming with Open Eyes" es una pieza placentera, de grácil melodía y sutiles percusiones, con vientos de John y una guitarra española superlativa, redondeando otra gema.

Sigue el instrumental "Twice Around the Sun", que a partir de una base rítmica y un logrado bajo de Douglas Sinclair le dan una enorme fuerza expresiva, brindando el marco para que Steve descolle con una guitarra eléctrica arrasadora (de aires Joe Satriani), que en primer plano traza las líneas melódicas formando un todo fascinante.

En "Rise Again" retornan los tonos introspectivos y la guitarra clásica en su comienzo dando posterior lugar a la banda sonando a pleno, dando lugar a cortes, síncopas, con otro gran lucimiento de Steve tanto en la guitarra eléctrica como en la parte vocal, bien en su rango, más el adecuado uso de los efectos.

El balance se mantiene perfecto, con otra pieza muy melódica e introspectiva, la bonita "Jane Austen's Door".

Va promediando esta gran obra con un moderno instrumental que retoma la línea inicial, con tecnología fuerza y sutilezas en "Darktown Riot", que naturalmente desemboca en otra obra cumbre y épica, el genial "In Memoriam", de sonido orquestal majestuoso, con coros que emocionan, casi como en un homenaje extremo, y una inigualable y vital guitarra sintetizada que traza belleza pura con sus notas, cerrando una obra mayor.

Es indudable que aquellos que esperábamos lo mejor de Steve luego de "The Tokyo Tapes" y ""A Midsummer Night's Dream" ya que sabíamos que era casi imposible superarlos, nos encontramos desbordados por un trabajo mayúsculo, digno de quien es quizás dueño del alma del sonido del mejor Genesis, el señor Steve Hackett, con lo mejor de su pasado, totalmente (y bien) aggiornado al presente y proyectando un futuro promisorio.

Absolutamente indispensable.

 

Gustavo Bolasini.